Tras evadir en los últimos años varios escándalos de corrupción, como el caso FIFA, cual hábil recortador o experimentado saltador de obstáculos, Ángel María Villar, de 67 años, fue arrestado en una investigación que comenzó con una denuncia del Consejo Superior de Deportes (CSD) presentada en 2016 en el marco de la operación conocida como 'Soule'.
El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz ha decretado prisión provisional sin fianza para el presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y su hijo Gorka por defraudar, al menos, 45 millones de euros a las arcas del organismo. Villar permanecerá en la prisión de Soto del Real.
Otro caso más de corrupción salpica al balompié en un deporte que mueve millones y millones de euros con la misma facilidad con la que Messi ejecuta un regate o Cristiano grita "Siuuuu". La ironía de este caso es que el sueldo oficial de Miguel Ángel Villar ya lo querría para sí cualquier empresario.
El presidente de la RFEF cobraba, al menos, 3.125 euros por cada día que trabajaba y percibía unos 750.000 euros anuales procedentes de la federación, la FIFA y la UEFA. Muy por encima del salario mínimo interprofesional, que no llega ni a los 10 mil euros por año.
Esta claro que la avaricia rompe el saco y el saco del dirigente ya no podía aguantar más dinero dentro. El juego de Villar parece haber terminado.
Ingeniero Informático / Computer Engineer.
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